lunes, 10 de octubre de 2016

Querida Mara II



Querida Mara,

Tu espíritu me acompaña dondequiera que vaya. Eres luz, eres sombra y eres camino. Eres presente. Siempre. Aquí y ahora. Aquí y ahora. Eres también respiración: inspiración y exhalación.
Viniste a mí porque ya vivías en mí. Tienes todos los nombres aunque te llame Mara.
Eres unidad y diversidad.
Tu mensaje es un mensaje de paz. Pues conoces la guerra y la has atravesado. Tu mensaje es amor pues conoces la ausencia del ser. Tu mensaje es palabra pura inscrita en las entrañas del silencio.
Lo aceptas todo y todo te es dado.
Regresas al sitio donde viviste y nos contemplas con compasión.
Vives en el dentro.
Habitas el corazón.
Quietud. Paz. Camino. Equilibrio.
En el silencio del ser no hay preguntas, ni respuestas, ni dudas, ni certidumbres. Hay el no ser. El todo.
La gracia te acompaña y cuida de ti. Nada es finito. Nada es para siempre. Por eso todo es paz, luz, sombra, descanso eterno. Iluminación sin brillo. Sencillez máxima.
Los ríos, las montañas, los mares, todos los animales, los seres vivos más insignificantes son amor. Son totalidad efímera que es siempre eterna. Pues nada se olvida en el cosmos y las estelas divinas son guardianas del ser y el no ser. 
En el estado del ser nada es importante y ninguna pasión quema. El ser es no ser es ser en estado de gracia con el todo.
Al mirarnos a los ojos podemos vernos y aceptarnos en el otro, el otro siempre es nosotros. Si nosotros accedemos al ser, el ser accede al otro.
Siéntate a contemplar el fluir del agua, escucha su mensaje, permite la humedad del alma.
Escucha tu divinidad. Sé. No hay ayer. Ni mañana. Solo aquí y ahora.



Santa Coloma de Gramenet, 6-9 de agosto de 2016

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