(*) Dibujo de Gertrudis Losada Alva del Ozomahtli mexicano.
- Maestro, ¿por qué no nos unimos a la revolución del pueblo que por fin ha decidido frenar los excesos depredadores de unos pocos sobre la mayoría y estamos aquí meditando y rezando?
- Desde tiempos inmemoriales el hombre ha hecho intentos nobles por restituir la justicia y la virtud en el poder sobre el mundo. Pero todos han fracasado. Mis maestros me enseñaron que si los pueblos volvían a alzarse contra esos pocos que someten y gobiernan, esperara tranquilo a que todo volviera a comenzar.
- ¿Qué quieres decir?
- Cuando el pueblo triunfe, elegirán a otros pocos para que los guíen y pronto regresarán las viejas dinámicas. Eso si sucede la alegría de la victoria. Si sucede la humillación de la derrota habrá desesperanza y sangre seca por un tiempo.
- ¿Y nosotros qué buscamos?
- Nosotros buscamos nuestra paz de espíritu y nos preparamos para enfrentar el naufragio definitivo con serenidad.
Al discípulo se le cae una lágrima silenciosa del ojo derecho.
- Van a morir muchos.
- Medita, reza, serénate.
- Entonces, maestro, ¿estamos condenados?
- Cuida el jardín de tu espíritu y florecerá una fuerza superior en ti.
- ¿En qué debo depositar la poca esperanza que me queda?
- Al igual que mis maestros, yo deposito mi esperanza en las fuerzas de lo intangible que nos rodean. Ellas son quienes nos gobiernan.
- Así sea.
Y en ese momento la Tierra tembló. Todas las placas tectónicas que conforman los cinco continentes se movieron y se produjo lo que los más antiguos denominaron el Gran Cataclismo. Los mares y los océanos penetraron en las costas arrasando todo a su paso. Nacieron y emergieron cordilleras enteras. El mundo conocido hasta entonces, desapareció, y con él, la mayor parte de los seres humanos. Durante décadas el silencio fue la medicina para un nuevo resurgimiento. Desde entonces, maestros y maestras guardan y transmiten la memoria a las nuevas generaciones para que recuerden y tengan presente qué importa y cuán diminuto es el ser humano con respecto al universo.
Se cuenta que Mara nació a finales de la época antigua y principios de los nuevos tiempos.
Santa Coloma de Gramenet, Septiembre de 2020.