Parten los
mensajeros
a bordo de la Nave.
Cruzan mares,
océanos y desiertos.
Sortean remolinos
en los ríos,
tempestades de
viento
en las autopistas
del infierno,
huracanes de
tristeza
en las miradas
de las gentes
desangeladas;
superan incluso
los enigmas de las
montañas sagradas.
Con ellos, con
ellas,
anidan los canales
de los centros
dispersos
del universo.
Les va la vida en
la entrega.
Les va la muerte en
la rueda.
Son los mensajeros
seres invencibles
pues han delegado
la importancia
y la trascendencia
en el camino
del mensaje.
Saben que su hilo
es imprescindible
en la maraña del
misterio.
Y siempre siempre
a su paso
dejan
semillas de fe,
estelas de amor
que incendian las
hogueras
de la esperanza.
Atent@s,
ahora mismo,
algun@
pasa a vuestro lado.
Escuchadlo,
hay algo que debéis
saber.
Jueves, 20 de abril de 2017.
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