El
camino es angosto
y dará
todavía muchas penas,
algunas
espinas
y
heridas como huellas
de lo
vivido.
El
camino es amplio
y dará
todavía muchas alegrías,
algunas
glorias
y
premios como huellas
de lo
experimentado.
Sin
embargo, no te escribo
para
advertirte de lo que un día
sabrás,
ni siquiera para el coraje
y la
determinación
que
debes imprimir siempre
a tus
pasos.
Escribo
estas líneas
en el
campo de maíz
de tu
voz interior
para
constatar nuestro
compromiso
con el
alba que nace
cada
mañana.
Sé
ligera cuando corras.
No
corras si puedes andar.
Camina
si puedes respirar.
Respira
cuando sueñes.
Sueña
cuando estés despierta.
Despierta
siempre que bebas
agua.
Bebe
agua cuando tengas sed.
No
permitas que la sed gobierne
tus
actos.
Actúa
solo cuando sea imprescindible.
Prescinde
de los ideales huecos.
Hazte
hueco y vacíate cada día.
Cada
día es un nuevo comienzo.
Comienza
siempre libre de cargas.
Carga
hasta que sueltes
y
suelta tu carga donde no moleste.
Ama
siempre.
Todos
los sentimientos te pertenecen.
Tu
misión es caminar.
Hacerlo
bien
siendo ser.
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