Las herméticas puertas del destino
se abrieron de par en par
y Mara contempló ante sus ojos
el paisaje de la desolación.
Los Seres Supremos permitieron
esa visión
como advertencia de lo que los hombres
podían llegar a perpretar.
Entonces Mara preguntó:
- ¿Se puede evitar?
- Debéis cantar y bailar muchas veces y muchas canciones, Joven Mara -dijo una voz.
- Cantaré y bailaré. Llevaré el mensaje: Cantad y bailad.
Las puertas volvieron a cerrarse
tras la espalda de Mara
cuya esperanza había sido renovada
pues Mara sabía cantar y bailar y hablar.
Ahora tocaba caminar
y transmitir la visión.
- Cantad, cantad y bailad, seres humanos del mundo – se cuenta que fueron sus últimas palabras en público.
(*) Acuarela de Gertrudis Losada Alva.
(*) Acuarela de Gertrudis Losada Alva.
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